¿Se ha hecho estas preguntas alguna vez: ¿Por qué está costando tanto tiempo que mi manifestación ocurra? ¿Por qué no estoy viendo los resultados a mis oraciones ahora mismo? Yo sé que Dios me oye pero las cosas no están cambiando. Estoy pagando mis diezmos, yendo a la iglesia, caminando en amor… estoy haciendo todo lo que conozco pero las cosas no han cambiado todavía… Yo me he sentido de esta manera antes y estoy seguro que algunos de ustedes, también.
Quiero compartir algo con usted que Dios me marcó sobre estas mismas preguntas. Todo nos lleva a esto: hay dos tipos de cristianos, los que conocen sus derechos de pacto y los que no.
Tenemos que darnos cuenta como hijos de Dios que se nos ha dado todos estos derechos de pacto sólo por aceptar a Jesús como nuestro Salvador. ¿Pero qué es exactamente un pacto? Un pacto es un acuerdo entre dos partes. Las partes en este caso son Dios y usted.
Por ejemplo, si yo tuviera un contrato con un hombre para pintar su casa, mi parte del contrato sería pintar la casa, y su parte del contrato sería pagarme. De una manera, esto es lo mismo con Dios. iNuestra parte es ser obediente y la parte de Dios es asegurarnos que siempre triunfamos a través de Cristo Jesús! (1ª Co. 15). ¿Qué significa “siempre”? ¡Significa siempre! Recuerde esto y nunca olvide que Dios es fiel. ¡El juego no está terminado hasta que usted gane! No está terminado hasta que usted tenga la victoria.
Pacto de David con Dios
Miremos un hombre que sabía un montón sobre los derechos de pacto. En 1ª Samuel 17:22-36, leemos una historia muy familiar. Acá tenemos a David subiendo en contra de Goliat, y por el standard del mundo, Goliat era un campeón.
Pero por los standards de David, y los de Dios, ¡Goliat era un filisteo incircunciso quien no tenía un pacto con Dios! En realidad, David siguió diciendo en 1 Samuel 17:36: “… y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente.”
David conocía su pacto con Dios. Él comprendía que no tenía que ser el hombre más grande ni el mejor de ese lugar, él sólo tuvo que tener un acuerdo con Dios. Un acuerdo que le decía que él siempre triunfaba. Por lo tanto, debido a que él conocía su pacto con Dios fue capaz de decir: “…porque ha provocado al ejército del Dios viviente...” David operaba en lo invisible… él sabía antes de la batalla que era el ganador. ¡Las cosas tienen que suceder en lo invisible antes de que sucedan en lo visible!
Muchas veces la gente quiere ser capaz de ver las cosas sin operar en la esfera invisible de la fe. ¡Recuerde que la Biblia nos habla que la fe es “la sustancia de las cosas esperadas, la evidencia de las cosas que no se ven”! Muchas veces, las cosas tienen que suceder en lo invisible, en la esfera espiritual antes de que sucedan en lo natural. Pero algunas veces lo que sucede es que oramos y luego esperamos que la respuesta suceda en esta sociedad con velocidad de comida rápida.
¡Lo queremos ahora! Y cuando no sucede inmediatamente, abandonamos y perdemos nuestra confianza en nuestro pacto con Dios. Pedro fue un ejemplo de esto. ¿Caminó Pedro sobre el agua? ¡Sí, lo hizo! Él caminó sobre el agua cuando operaba en la esfera invisible, manteniendo sus ojos en Jesús… ¡pero cuando miró en lo natural, comenzó a caerse!
Tenemos que aprender como hijos de Dios a mantenernos firmes a nuestro pacto con Dios y debemos responder a nuestras situaciones así como Noé lo hizo, quien, siendo advertido de las cosas que no se ven, obedeció y edificó el arca. Usted habla sobre pararse sobre su pacto con Dios. Noé no vio una señal de lluvia por años. La mayoría de nosotros hubiéramos esperado dos días y hubiéramos dicho: “¡Bueno, no está funcionando!” ¡Entonces nos hubiéramos agotado!
¡Ya basta, campeones! Tenemos que dejar de dudar de nuestro pacto. Si usted no conoce su pacto, entonces estudie la Palabra de Dios – está llena de nuestros derechos de pacto. Una vez que usted conoce su pacto entonces manténgase aferrado a través de toda situación – sin dudar.
¡Debemos desarrollar esa mentalidad de campeones que no vamos a abandonar! Nosotros vamos a pararnos en nuestro pacto con Dios y las cosas van a suceder en la esfera invisible y en lo natural. La victoria verdadera y total es nuestra.
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