Usted tiene la CONTINUIDAD DEL MINISTERIO DE JESÚS. Dios lo envió a traer los cielos sobre la tierra, le dio la misma unción, el mismo espíritu, la misma comisión, el mismo respaldo, la misma palabra. Jesús fue preparado durante años para traer el reino de los cielos a la tierra, Lucas 4:16-21 […] 18 El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; 19 a predicar el año agradable del Señor […]. Después que Jesús dijo que venía a proclamar el año agradable del Señor eso se manifestó en ese mismo tiempo y a las personas que estaban ahí no les agrado, porque ellos tenían otra definición acerca de las cosas y no les gusto lo que decía Jesús y menos todo lo que iba a hacer posteriormente. Luego dice la Biblia que lo persiguieron y lo buscaban para apedrearlo, hasta fue tentado desde arriba de un monte. Pero lo único que Él dijo es ESTÁ ESCRITO y yo estoy dispuesto a cumplir con esto que está escrito.

Usted es un enviado de Dios en esta tierra, ES REPRESENTANTE DE SU REINO para traer las bendiciones de los cielos sobre la tierra. Las cosas no ocurren de la noche a la mañana. Pero en este proceso de crecimiento irá viendo un gran avance. Muchas veces verá las presiones del enemigo sobre su vida para que se rinda, para que abandone, para que retroceda, pero en el nombre de Jesús el que vive dentro suyo es mayor que el que está en el mundo. Su Padre le ha dado promesas, le ha dado la palabra y está de su lado. ¡Vienen días de bendición, donde puertas se abren para su hogar y para su familia!
Usted también está encargado de éste mensaje y le ha dado el mismo Espíritu Santo para ser testigo en la tierra y dar a luz el mensaje del reino de los cielos con grandes resultados. El Señor lo manifestó en la tierra aún con milagros sobrenaturales de abundancia. Él dijo algo “yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia… […]”

Declare: ¡Hay abundancia de vida que viene del cielo a mí ser interior y se revela a través de mi vida a mí alrededor, los cielos vienen a la tierra, Amén!

Párese frente a su vecindario, empiece a ver las necesidades que tienen sus familiares en el orden espiritual o en otros órdenes, y reconozca que usted tiene para dar vida y vida en abundancia, y tiene de sobra para repartir, usted está para eso. Se terminó el ciclo y la temporada de los creyentes que iban a la iglesia “a ver que Dios les podía dar” y si no recibían algo cambiaban de iglesia al otro día. En este tiempo usted se ha transformado en la persona que está siendo formada por Dios para ser el que RECIBE Y DISTRIBUYE, y el que administra la bendición en la tierra.

Sus manos están ungidas y son poderosas para traer algo sobrenatural. Deje que la unción, los dones y la gracia fluyan a través de su vida. En este año sentirá en su interior una fuente de agua viva que desborda, de gozo, de alegría y de bendición, porque recibe, trasmite y comparte. Todo lo que va liberando tiene poder de semilla que va a producir cosecha y que va a traer recompensa. Vendrán bendiciones que nunca se imaginó y se van a expandir de una manera grandiosa sobre sus hijos. HAY UNA TRANSFERENCIA DE RIQUEZAS. En Isaías 60 y en el capítulo siguiente habla de Sión, de la iglesia, de usted y de mi, dice que las riquezas de las naciones vendrán a la iglesia del Señor. Que hay que levantarse para resplandecer y que va a ver la gloria de Dios amanecer sobre su vida. No dice quédense con los brazos cruzados, pasivos y tranquilos, acomodados a lo que le pasa, a la situación que vive. Crea que todo lo que está escrito en la palabra usted lo va a manifestar, porque el Padre lo ha elegido y lo ha ungido para que resplandezca y para que las bendiciones fluyan en su vida y en todos los que se conecten con usted.

Viene abundancia de todo lo que es de Dios y eso está destinado para que lo distribuya y lo comparta. Usted le está dando continuidad al reino de Dios en la tierra. ¡Gloria a Dios!

Apóstol Juan Crudo