Mi Dios es un Dios poderoso. Debido a Su bondad y misericordia, El manifiesta Su poder a través de los nueve dones del Espíritu. Agradezco a Dios por estos dones manifestándose en el cuerpo de Cristo hoy. Confieso que estoy lleno con el Espíritu Santo y hablo en otras lenguas, como el Espíritu me da que hable. (Hechos 2:4)
Confieso que estoy lleno con la expectativa y el deseo de los dones espirituales. Sigo la dirección de Espíritu Santo y recibo la unción para moverme en esos dones.
Señor te agradezco que Tu deseas darme buenos dones y entonces confieso que los dones del Espíritu Santo son manifestados en mi vida para la gloria de Dios. (Lucas 11:13)
Confieso que Dios me usa, y los dones del espíritu fluyen en mi vida. Estos dones no sólo fluyen en mi vida sino a través de muchos otros en mi iglesia local también. Según el Espíritu se mueve, la unción corporativa llena nuestra iglesia y somos cambiados como resultado.
La Biblia dice que cuando oro en lenguas, estoy hablando misterios a Dios. En el espíritu, confieso que estoy orando por las partes del plan de Dios que ni siquiera conozco. A través del Espíritu Santo, estoy orando exactamente por lo que Dios quiere.
Debido a que mi iglesia es espiritual, los dones del espíritu se mueven en casi todos los servicios. Cada servicio deja un residuo de expectativa, hambre espiritual, y unción en cada uno de nosotros. Nuestro deseo por las cosas de Dios sigue creciendo y creciendo. Estamos hambrientos por un mover de Dios.
Sigo la guía del Espíritu tal como Jesús lo hizo. El Espíritu me guía a cada paso del camino, diciéndome qué hacer para ministrar a otros o para recibir para mí mismo.
Confieso que quiero que estos dones espirituales operen en mi vida, entonces primero he recibido el Don, el Espíritu Santo. Ya que soy lleno con el Espíritu Santo, creo que El se revelará a mi vida de una manera superior. Confieso que El será fiel en hacer justamente eso en mi vida.
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