Padre, en el nombre de Jesús, entramos a Tu presencia agradeciéndote por el ministerio Cristo la solución. Tú me has llamado a ser santos en Ciudad de Buenos Aires y alrededor del mundo. Cuando levantamos nuestras voces en acuerdo, reconocemos que Tú eres Dios y que todo fue hecho por y para Ti. Llamamos a la existencia a las cosas que no son como si fuesen.
Te agradecemos que todos hablamos la misma cosa: no hay división entre nosotros; estamos perfectamente unidos en la misma mente. Danos, a Tus representantes acá, denuedo para hablar Tu Palabra la cual Tú confirmarás con señales que la siguen. Te agradecemos que tengamos obreros en abundancia y todo tipo de gente astuta para toda clase de labor.
Cada departamento opera en la excelencia de la ministración y la intercesión. Tenemos en nuestra iglesia los dones ministeriales para la edificación de este cuerpo hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe, y al conocimiento del Hijo de Dios, a una persona madura. Ninguno de nuestro pueblo será inmaduro, llevado de acá para allá por todo viento de doctrina. Hablamos la verdad en amor.
Somos un cuerpo en crecimiento y testigos de los creyentes que se están volviendo fuertes. Tenemos todas nuestras necesidades suplidas. Por lo tanto, suplimos las necesidades de la gente, en el espíritu, alma y cuerpo. Pedimos la sabiduría de Dios al suplir estas necesidades. Padre, te agradecemos por los recursos que van a suplir de manera más que abundante las necesidades del ministerio al cual Tu nos has llamado.
Nuestra iglesia está prosperando financieramente, y nosotros tenemos más que suficiente para suplir cada situación. Tenemos todo lo que necesitamos para llevar a cabo Tu Gran Comisión y alcanzar a Buenos Aires para Jesús. Somos un pueblo de amor ya que el amor es derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo. ¡Te agradecemos que la Palabra de Dios esté morando ampliamente en todos nosotros y que Jesús es el Señor!
Somos una iglesia sobrenatural, compuesta por personas sobrenaturales que hacen cosas sobrenaturales, porque somos obreros juntamente con Dios. ¡Te agradecemos por tu presencia entre nosotros, y levantamos nuestras manos y alabamos Tu santo nombre! Amén.
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