Las confesiones de fe traen a la existencia esas cosas que Dios prometió. Confesar quiere decir “hablar lo mismo”. Cuando usted confiesa lo que Dios dice sobre usted, la evidencia se manifestará (Isaías 44:26)
Acá hay algunas confesiones para ayudarlo en su proceso para convertirse en una mujer victoriosa:
Soy una mujer victoriosa. Soy capaz, inteligente, digna de confianza, contenedora y segura. Estoy vestida con fortaleza, dignidad y unción.
Soy una excelente representante de Cristo en mis relaciones, en mi forma de vestir, en las palabras que hablo y en mi ser total. Soy una mujer conforme al corazón de Dios. Tengo todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad.
Jesús y el Espíritu Santo moran en mí; entonces, estoy equipada para llevar a cabo el propósito de Dios para mi vida. Tu sabes lo que es mejor para mí, y confío en Ti. Tomo la decisión de alinear mi voluntad a la Tuya.
Me comprometo a pasar más tiempo contigo. Ayúdame a recordar que la sumisión es para mi protección. Me arrepiento de las áreas en las que no estuve dispuesta a someterme. Cuando me arrepiento, Tu eres fiel y justo para perdonarme y limpiarme de toda maldad (1ª Juan 1:9)
No me comportaré deshonradamente ni en rebelión porque te impedirá a Ti y a tu unción intervenir a mi favor. Recibo la liberación de tu unción para hacer, con excelencia, todo lo que Tu deseas. Declaro esto hecho ahora en el nombre de Jesús.
Amén.
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